Capítulo 9
Una tarde de Junio, en otro lugar de
la ciudad.
Caricias,
besos, abrazos, escalofríos, pasiones. Todo se junta esa misma tarde en la cama
de Silvia. Juan se siente excitado. Aquello lo necesitaba. Ahora la necesitaba
más que nada en el mundo.
Tras ver a
la que hace poco creía que era el amor de su vida enrollándose con el hermano
de su amante, se siente mal por todo lo que le ha hecho. Ahora sabe cómo se
sintió ella al descubrir que él se acostaba con su mejor amiga. Se arrepiente.
La ama.
Pero no se
puede volver atrás, desgraciadamente. Podría haberle dicho la verdad. Pero no
se atrevió. Y la perdió. No hay vuelta atrás. Aún recuerda lo que hicieron
aquella noche. Para él, fue especial.
Aún
recuerda cuando la conoció… Cuando la vio por primera vez. Siente un escalofrío
más. Fue un precioso verano, lleno de besos y caricias.
A finales de Junio del año pasado, en una playa de la ciudad.
Camina por
la suave arena solo, sin nadie que le consuele. Siente como la brisa del mar le
da en la cara. Ha sido un golpe muy fuerte. Ha pasado eso hace seis meses, pero
él siente que fue ayer. Aún sigue suspirando por su aroma, por su pelo, por su
sonrisa, por su pasión, por sus besos... Pero le engañó. Se sienta en una fría
roca pensando en todo aquello.
Una chica
pelirroja, con ojos verdes y mirada apenada se acerca a él. Juan se fija en
ella. Tiene una sonrisa preciosa, más que Olivia. La vuelve a sentir, recuerda
aquellas dulces y calientes noches en un cúmulo de pasiones. Aquello fue
realmente especial.
-Hola.-dice
Andrea sacando a Juan de su nube de recuerdos.- ¿Cómo te llamas?
-Juan.
-Vale,
Juan, ¿me puedo sentar aquí contigo?
Juan se
queda callado mirando a aquella chica de la que aún no sabía su nombre.
-Bueno,
quién calla, otorga.- y se sienta en otra roca.- ¿Qué te pasa?
-Bueno, no
quiero molestar con mis tonterías.
-No, si no
molestas… Es más, me entretendrías un poco en vez de quedarte todo el rato
callado…
-¿Y a ti
que te importan mis asuntos?
-Vale,
tienes razón, mejor me voy…
-No, no…
Quédate.- dice Juan cogiéndola del brazo.
Andrea se
sienta y escucha todo lo que le ha pasado a aquel chico que decía llamarse
Juan.
-Hace… Seis
meses y cinco días, me enteré de lo peor que me ha pasado en la vida… Mi
novia…Ex-novia Olivia me puso los cuernos con un socorrista de la playa. Me
dejó tirado. Era mi primer y único amor… Y se fue, y lo peor es que nunca tuvo
la intención de contármelo, lo vi yo con mis propios ojos. Vi como aquél chico
moreno y musculoso se abalanzaba a mi novia y como ella se entregaba a él. Yo
interrumpí la escena y ella aún me lo seguía negando…
-Lo siento…
Yo aún no he salido con nadie, y prefiero no hacerlo.
-Eso
pensamos todos. Pero una vez enamorado, no hay quien te diga que no puedes
estar con la persona de la que te has enamorado.
Pasan
minutos, e incluso horas mirándose el uno al otro sin decir ni una palabra. Es
entonces cuando Andrea se acerca a Juan y le da un cálido beso en los labios.
Juan no se lo espera y se aleja.
-Ups… Lo
siento, no sé lo que me ha pasado…
Entonces
Juan se vuelve a acercar y le devuelve el beso. Así, pasaron la mayoría de la
tarde abrazados, mirando el anochecer. Y desde entonces, Juan cambió mucho,
porque prefirió que en esa relación que se aproximaba, él no iba a ser él el
engañado, y que nunca más volvería a pasar por lo mismo.
Una tarde de junio, en un cine de la ciudad.
Andrea se
tapa la cara con las palomitas. Le dan mucho miedo esas películas, por muy mala
que sea. Tras el susto, se ríe de miedo
y se abraza a Darío, que disfruta viéndola así. Es genial que todo vaya a su
favor, pero sabe que no durará mucho tiempo.
-Tamara,
¿podrías decirle a Sandra que lo siento y que la quiero?
Tamara le
hace caso y se lo dice a Sandra.
-Ok, dile
que no se tiene que disculpar conmigo, si no con su novia.
Tamara se
lo dice a Luis.
-Bien, pues
dile que…
-¡Podéis
hablarlo vosotros solos, no soy un loro!- chilla Tamara por todo el cine. La
gente la manda callar con siseos y con gritos aún más altos y bruscos, así que
decide estar atenta a la película.
Teresa está
al otro lado de Sandra junto a Edu liándose a besos y achuchones sin enterarse
de la película, porque ellos ya viven la suya, llena de amor y calidez.
María y
Pablo disfrutan de la película dándose besos con sabor a palomitas y a refresco
y dando brincos cada vez que ocurre algo en aquella casa oscura que sale en la
gran pantalla.
Al salir
del cine, las chicas van al Pull and Bear, mientras que los chicos se meten en
el Game, buscando nuevos juegos con los que viciarse con sus amigos. Los chicos
nunca crecen.
Al salir
todos de las tiendas con un objeto más, van a la tienda de animales.
Andrea ve a
un precioso cachorrito de Yorkshire Terrier:
-¡Aish! ¡Pero
qué mono! Yo siempre he querido uno pero… ¡Ahí va! Cuesta un pastón, normal,
con lo bonito que es…
-Cariño, es
una chica…
-Oh… Da
igual, es preciosa, ojalá tuviese dinero… Porque mis padres no dirían que no
tuviese esta ricura…
-Yo te la
compro...
-¿Sí?
¿Tienes tanto dinero? No, da igual, también tendría que comprarle el pienso y
algún juguete para que juegue... Aunque para la comida y el juguete me llega,
no me llega para esta preciosidad...
-Perdone...-
dice Darío llamando a la dependienta.- Me llevo este cachorro, y póngame la
cama mas mullida que tenga, un trasportín, un comedero y pienso.
-Cielo, de
verdad que no...
Darío la
interrumpe con un beso suave, delicado y perfecto.
-Sólo
quiero que seas feliz.- dice lleno de energía, feliz e ilusionado.
-Cariño, no
hace falta que me hagas feliz, junto a ti ya soy feliz.
Se dan un
beso largo sin darse cuenta de que sus amigos son expectantes de él, y también
la dependienta, que había vuelto con lo que Darío había pedido.
Así pues,
la tarde fue pasando rápida y feliz para algunos, pero insoportable para otros.
Sandra sigue
mal con Luis, nada iba a cambiar, o eso creía ella. En cambio, Pablo y María son
felices e inseparables. Mientras, Tamara disfruta que sus amigos sean felices,
y no ve el momento de estar igual de bien con una persona que te comprenda y
que te ayude en todo momento. Pero ella misma sabe que puede llegar a doler
mucho.
Teresa y Edu siguen camelados el uno por el
otro. No ven el momento de irse a casa de alguno para satisfacer las
necesidades de ambos.
Andrea y
Darío aprovecharon una bonita tarde, perfecta e inolvidable, ya que ella vuelve
a casa y duerme con su nueva mascota y pensando un nombre para la mascota. Y al
final se decide por Greta, ya que ese nombre le resulta precioso y siempre ha
querido un perrito que se llame así.
Buenas , muchas gracias por pasarte por mi blog(:
ResponderEliminarDesde ahora tienes nueva seguidora ^^
Un besito desde : http://poesiaurbana-mc.blogspot.com.es/ <3
De nada :) un beso para ti tambien ^^
EliminarBueno, como ya vas por el capítulo 9 me leeré los anteriores cuando tenga tiempo =) me he leído esta entrada y la verdad que tiene buena pinta (y el perrito es preciosoo) así que te sigo y ya me iré pasando para leer los demás vale? un beso!
ResponderEliminarhttp://leyendasveladas.blogspot.com.es/
Hola soy del blog http://porelhuecodeunalfiler23.blogspot.com.es/
ResponderEliminarTe sigo espero que me sigas !!
:)
Si yo a ti tambien te sigo :D
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