Capítulo 8
Una tarde de Junio, en un lugar de
la ciudad.
Ha sido un
día duro. Esa tarde va a ir al centro con sus amigos, y él va a ir.No espera el
momento oportuno para arreglarse y vestirse.
Se pone su
brillo de labios favorito y su sombra de ojos dorada que hacen más profundos
sus ojos verdes, y se pone su minifalda vaquera que enseña sus piernas
perfectas, su top amarillo con estrellitas verdes de palabra de honor y sus
zapatos de tacón verdes.Se mira al espejo mientras se pone la espuma de rizos
de marca y se pone el rímel y la raya de ojos. Después se pone una diadema de
color vaquero a juego con su falda. Perfecta, sí, perfecta.
Andrea está
ilusionada con la salida de esa tarde, y no sabe por qué, tiene ganas de verle.
No quiere caer de nuevo en brazos de alguien ciegamente, y que esa persona te
tire y te deje por otra.
Pero Darío
no es como Juan. Es más bueno, más listo, y es guapo. No sabe cómo no pudo
fijarse de él hasta ahora. Él la quiere. Y ella está empezando a quererle.
Andrea coge
su bolso amarillo de marca y sale por la puerta después de despedirse de sus
padres. Ha quedado con sus amigos en el parque del centro. De repente le vibra
la blackberry. Le hablaba Luis por el Tuenti.
-Hola.
-Hola, ¿Vas
al centro tú también?
-Sí, Darío
me invitó.
-Ah, ok,
pues nos vemos en el parque del centro.
-Ok, yo ya
estoy allí. También están Tamara y Darío. Hasta ahora.
-Hasta
ahora.
Andrea se
pone aún más nerviosa. ¡Darío ya está allí! Piensa en una buena entrada para
impresionarle con su nuevo peinado. Esa mañana se había saltado las últimas
clases para hacerse las mechas. Al verse con ellas en casa, supo que le
quedaban muy bien con su color de pelo natural y con el de sus ojos.
Llega a la
puerta del parque y se saca el kit de maquillaje del bolso y se mira en el
espejito. Está aún más perfecta que cuando salió de casa gracias a que no hay
viento.
Entra y ve
a sus amigos y al chico que le gusta mirando su nuevo look.
-Ho-hola.-
dice Darío entrecortado.- me encanta tu nuevo peinado.
-Gracias.-
dice Andrea, y sin poder contenerse, le da un beso en la mejilla.
Darío se
sonroja y se atreve a acercarse y besarle. Andrea ve sus intenciones, y decide
pararle.
-Aquí no,
por favor, en otro sitio más… Privado…
Darío coge
a Andrea de la mano y corren hacia el centro del parque.
-¿Adónde
vais?-Pregunta Tamara sorprendida.
-¡Ahora
volvemos!
Llegan a la
fuente luminosa, recién limpia, brillante. Se esconden en un arbusto y Darío se
va acercando a Andrea, despacio.
Andrea se siente feliz y enamorada. Abraza a
Darío con pasión y le da un leve beso en los labios. Dulce, excitante y
precioso para ambos. Se dan otros besos más y millones de abrazos que los
estremecen. De repente, Andrea se tropieza y cae junto a Darío en la fuente.
Darío se
echa a reír. Siente que uno de sus mejores sueños se hacen realidad: Ella le
ama. Sigue riéndose mientras le quita la camiseta a Andrea.
Andrea le
quita la camiseta y los pantalones a Darío y siente un escalofrío; el agua de
la fuente estaba muy fría.
Alguien se
asoma por detrás. Era Juan. Ve como otro hombre que no era él ama a su antiguo
amor. -‘’Supongo que me lo merezco’’-piensa lleno de dolor y con miles de
lágrimas corriendo por sus mejillas. Se limpia las lágrimas y vuelve al banco
de donde había vuelto, donde estaba su amante.
-¿Ya has
meado?- dice Silvia con una botella de vodka en la mano.
-Sí. Pero
no me gusta mucho este parque. Vámonos a otro sitio.
-Claro,
cariño.
Silvia y
Juan salen de aquel parque, una borracha, y el otro con el corazón partido.
Mientras,
Andrea y Darío se visten. No han llegado a mucho, pues no tenían protección.
Pero se llevan de aquella fuente un gran recuerdo que lo tendrán siempre en sus
corazones. Vuelven con el grupo, enamorados, felices e ilusionados porque una
nueva historia iba a comenzar, pero todas las historias tienen un final, pues,
como Andrea y sus amigas sabían, el amor no duele, sino mata.
-¿Dónde
estabais? Ya han llegado todos.- dice Tamara cansada de tanto esperar.- ¿Qué
hacéis mojados?
Darío y
Andrea se miran entre si y se empiezan a reír.
-Nos hemos
caído en la fuente.-dice Andrea al fin.
-Vaya tortolitos-
dice María abrazada a Pablo.- Yo quiero también a alguien que me haga cosas
bonitas…
-Tranquila,
cielo, que las tendrás. Te lo prometo.
Se dan un
beso largo y tierno en la boca, mientras todos miran, espectadores del gran
amor que se procesan.
-Bueno…Cuando
queráis…- dice Tamara.- Hay que comprarles ropa a estos tortolitos.- dice
dirigiéndose a Andrea y a Darío.
La pandilla
sale del parque y se dirige hacia una tienda, donde Darío y Andrea se compran
ropa. Andrea se decide por una camiseta palabra de honor rosa, unos pantalones
cortos vaqueros ajustados, un bolso vaquero y unas bailarinas rosas. Darío se
decanta por una camiseta verde, unos vaqueros y unas zapatillas de Adidas.
Después llegan al cine y se ponen en la cola
de las palomitas.
-Esto…Sandra…-
dice Luis intentando hablar con ella.
-¿Si?
-Voy a
cortar con mi novia.
-Pues
cuando lo hagas, me avisas.
-Esto…Te
quiero.
-Y yo, pero
no quiero causar molestia en una relación.
-Tú nunca
me has causado molestia, créeme…
-Ni tú a
mí, pero yo me refería a causarle molestia a tu novia.
-Ya… Pero
en el amor todo vale.
-El amor
está sobrevalorado. No todo vale en el amor si perjudicas a alguien a quien no
quieres perjudicar.
-Ya, pero
en el amor casi siempre se daña a alguien, quieras o no quieras, es inevitable
no amar a alguien sin hacer daño.
-Yo
prefiero hacerme daño a mí misma y no a los demás, y si tú no piensas así no
creo que estemos bien juntos.
Luis se
aleja de Sandra y se acerca al mostrador para comprarse las palomitas y la
bebida.
A Sandra le
duele todo lo que está viendo de Luis. No piensa igual que ella. Está viendo
que es un auténtico imbécil pero, en parte, tiene razón en algo.
María se
acerca a Pablo y le susurra algo al oído. Pablo le coge la mano a María y ésta
se ruboriza. Pablo se agacha hacia María y le da un beso en los labios. Largo y
bonito. Ambos esperaban este momento desde hacía mucho tiempo.
Teresa y
Edu no paran de achucharse y besarse durante todo el camino. Ellos están bien,
felices, ansiosos de llegar a casa y estar íntimamente más juntos y más
enamorados el uno del otro.
Tamara
observa a todas las parejas y suspira. Desea encontrar a alguien con quien ser
feliz. Pero no hay prisa. Ella prefiere vivir la vida y pasar de los romances
durante mucho tiempo.
Andrea se
pega a Darío y le abraza. Ha visto todas las escenas de sus amigos, de su
pandilla de toda la vida. Ella sabe más que nadie que el amor puede llegar a
hacer mucho daño. Pero también puede llevar hacia la felicidad.
Me gusta tu historia, hay muchos personajes, quizá alguno no tan importante como otros, pero el "amor" que siente Andrea por Darío y viceversa... Es precioso, Juan se lo tiene merecido, y diría que mucho más...
ResponderEliminarYa verás la que se lía cuando Luis se entere de lo de su novia. Espero que pronto publiques otro capitulo, ahora empieza a ponerse interesante.
Serela