El Amor Duele

El Amor Duele

Bienvenidos a 'El Amor Duele'

Hola, lo que vais a ver en un instante es una historia de amor de adolescentes y de amistades que, pudieron serlo en el pasado, o son amigos del alma en el presente. Espero que os guste mi novela, a la que pongo dedicación y tiempo. A quien no le guste, que me lo diga, porque así puedo aspirar a mejorar. Muchísimas gracias por todo :)

domingo, 22 de abril de 2012

El Amor Duele 9


Capítulo 9

Una tarde de Junio, en otro lugar de la ciudad.
Caricias, besos, abrazos, escalofríos, pasiones. Todo se junta esa misma tarde en la cama de Silvia. Juan se siente excitado. Aquello lo necesitaba. Ahora la necesitaba más que nada en el mundo.
Tras ver a la que hace poco creía que era el amor de su vida enrollándose con el hermano de su amante, se siente mal por todo lo que le ha hecho. Ahora sabe cómo se sintió ella al descubrir que él se acostaba con su mejor amiga. Se arrepiente. La ama.
Pero no se puede volver atrás, desgraciadamente. Podría haberle dicho la verdad. Pero no se atrevió. Y la perdió. No hay vuelta atrás. Aún recuerda lo que hicieron aquella noche. Para él, fue especial.
Aún recuerda cuando la conoció… Cuando la vio por primera vez. Siente un escalofrío más. Fue un precioso verano, lleno de besos y caricias.




A finales de Junio del año pasado, en una playa de la ciudad.
Camina por la suave arena solo, sin nadie que le consuele. Siente como la brisa del mar le da en la cara. Ha sido un golpe muy fuerte. Ha pasado eso hace seis meses, pero él siente que fue ayer. Aún sigue suspirando por su aroma, por su pelo, por su sonrisa, por su pasión, por sus besos... Pero le engañó. Se sienta en una fría roca pensando en todo aquello.
Una chica pelirroja, con ojos verdes y mirada apenada se acerca a él. Juan se fija en ella. Tiene una sonrisa preciosa, más que Olivia. La vuelve a sentir, recuerda aquellas dulces y calientes noches en un cúmulo de pasiones. Aquello fue realmente especial.
-Hola.-dice Andrea sacando a Juan de su nube de recuerdos.- ¿Cómo te llamas?
-Juan.
-Vale, Juan, ¿me puedo sentar aquí contigo?
Juan se queda callado mirando a aquella chica de la que aún no sabía su nombre.
-Bueno, quién calla, otorga.- y se sienta en otra roca.- ¿Qué te pasa?
-Bueno, no quiero molestar con mis tonterías.
-No, si no molestas… Es más, me entretendrías un poco en vez de quedarte todo el rato callado…
-¿Y a ti que te importan mis asuntos?
-Vale, tienes razón, mejor me voy…
-No, no… Quédate.- dice Juan cogiéndola del brazo.
Andrea se sienta y escucha todo lo que le ha pasado a aquel chico que decía llamarse Juan.
-Hace… Seis meses y cinco días, me enteré de lo peor que me ha pasado en la vida… Mi novia…Ex-novia Olivia me puso los cuernos con un socorrista de la playa. Me dejó tirado. Era mi primer y único amor… Y se fue, y lo peor es que nunca tuvo la intención de contármelo, lo vi yo con mis propios ojos. Vi como aquél chico moreno y musculoso se abalanzaba a mi novia y como ella se entregaba a él. Yo interrumpí la escena y ella aún me lo seguía negando…
-Lo siento… Yo aún no he salido con nadie, y prefiero no hacerlo.
-Eso pensamos todos. Pero una vez enamorado, no hay quien te diga que no puedes estar con la persona de la que te has enamorado.
Pasan minutos, e incluso horas mirándose el uno al otro sin decir ni una palabra. Es entonces cuando Andrea se acerca a Juan y le da un cálido beso en los labios. Juan no se lo espera y se aleja.
-Ups… Lo siento, no sé lo que me ha pasado…
Entonces Juan se vuelve a acercar y le devuelve el beso. Así, pasaron la mayoría de la tarde abrazados, mirando el anochecer. Y desde entonces, Juan cambió mucho, porque prefirió que en esa relación que se aproximaba, él no iba a ser él el engañado, y que nunca más volvería a pasar por lo mismo.




Una tarde de junio, en un cine de la ciudad.
Andrea se tapa la cara con las palomitas. Le dan mucho miedo esas películas, por muy mala que sea.  Tras el susto, se ríe de miedo y se abraza a Darío, que disfruta viéndola así. Es genial que todo vaya a su favor, pero sabe que no durará mucho tiempo.
Sandra se ha sentado junto a Tamara y Teresa. Al otro lado de Tamara está Luis.
-Tamara, ¿podrías decirle a Sandra que lo siento y que la quiero?
Tamara le hace caso y se lo dice a Sandra.
-Ok, dile que no se tiene que disculpar conmigo, si no con su novia.
Tamara se lo dice a Luis.
-Bien, pues dile que…
-¡Podéis hablarlo vosotros solos, no soy un loro!- chilla Tamara por todo el cine. La gente la manda callar con siseos y con gritos aún más altos y bruscos, así que decide estar atenta a la película.
Teresa está al otro lado de Sandra junto a Edu liándose a besos y achuchones sin enterarse de la película, porque ellos ya viven la suya, llena de amor y calidez.
María y Pablo disfrutan de la película dándose besos con sabor a palomitas y a refresco y dando brincos cada vez que ocurre algo en aquella casa oscura que sale en la gran pantalla.
Al salir del cine, las chicas van al Pull and Bear, mientras que los chicos se meten en el Game, buscando nuevos juegos con los que viciarse con sus amigos. Los chicos nunca crecen.
Al salir todos de las tiendas con un objeto más, van a la tienda de animales.
Andrea ve a un precioso cachorrito de  Yorkshire Terrier:
-¡Aish! ¡Pero qué mono! Yo siempre he querido uno pero… ¡Ahí va! Cuesta un pastón, normal, con lo bonito que es…
-Cariño, es una chica…
-Oh… Da igual, es preciosa, ojalá tuviese dinero… Porque mis padres no dirían que no tuviese esta ricura…
-Yo te la compro...
-¿Sí? ¿Tienes tanto dinero? No, da igual, también tendría que comprarle el pienso y algún juguete para que juegue... Aunque para la comida y el juguete me llega, no me llega para esta preciosidad...
-Perdone...- dice Darío llamando a la dependienta.- Me llevo este cachorro, y póngame la cama mas mullida que tenga, un trasportín, un comedero y pienso.
-Cielo, de verdad que no...
Darío la interrumpe con un beso suave, delicado y perfecto.
-Sólo quiero que seas feliz.- dice lleno de energía, feliz e ilusionado.
-Cariño, no hace falta que me hagas feliz, junto a ti ya soy feliz.
Se dan un beso largo sin darse cuenta de que sus amigos son expectantes de él, y también la dependienta, que había vuelto con lo que Darío había pedido.
Así pues, la tarde fue pasando rápida y feliz para algunos, pero insoportable para otros.
Sandra sigue mal con Luis, nada iba a cambiar, o eso creía ella. En cambio, Pablo y María son felices e inseparables. Mientras, Tamara disfruta que sus amigos sean felices, y no ve el momento de estar igual de bien con una persona que te comprenda y que te ayude en todo momento. Pero ella misma sabe que puede llegar a doler mucho.
 Teresa y Edu siguen camelados el uno por el otro. No ven el momento de irse a casa de alguno para satisfacer las necesidades de ambos.
Andrea y Darío aprovecharon una bonita tarde, perfecta e inolvidable, ya que ella vuelve a casa y duerme con su nueva mascota y pensando un nombre para la mascota. Y al final se decide por Greta, ya que ese nombre le resulta precioso y siempre ha querido un perrito que se llame así.


viernes, 13 de abril de 2012

El Amor Duele 8

Capítulo 8

Una tarde de Junio, en un lugar de la ciudad.
Ha sido un día duro. Esa tarde va a ir al centro con sus amigos, y él va a ir.No espera el momento oportuno para arreglarse y vestirse.
Se pone su brillo de labios favorito y su sombra de ojos dorada que hacen más profundos sus ojos verdes, y se pone su minifalda vaquera que enseña sus piernas perfectas, su top amarillo con estrellitas verdes de palabra de honor y sus zapatos de tacón verdes.Se mira al espejo mientras se pone la espuma de rizos de marca y se pone el rímel y la raya de ojos. Después se pone una diadema de color vaquero a juego con su falda. Perfecta, sí, perfecta.
Andrea está ilusionada con la salida de esa tarde, y no sabe por qué, tiene ganas de verle. No quiere caer de nuevo en brazos de alguien ciegamente, y que esa persona te tire y te deje por otra.
Pero Darío no es como Juan. Es más bueno, más listo, y es guapo. No sabe cómo no pudo fijarse de él hasta ahora. Él la quiere. Y ella está empezando a quererle.
Andrea coge su bolso amarillo de marca y sale por la puerta después de despedirse de sus padres. Ha quedado con sus amigos en el parque del centro. De repente le vibra la blackberry. Le hablaba Luis por el Tuenti.
-Hola.
-Hola, ¿Vas al centro tú también?
-Sí, Darío me invitó.
-Ah, ok, pues nos vemos en el parque del centro.
-Ok, yo ya estoy allí. También están Tamara y Darío. Hasta ahora.
-Hasta ahora.
Andrea se pone aún más nerviosa. ¡Darío ya está allí! Piensa en una buena entrada para impresionarle con su nuevo peinado. Esa mañana se había saltado las últimas clases para hacerse las mechas. Al verse con ellas en casa, supo que le quedaban muy bien con su color de pelo natural y con el de sus ojos.
Llega a la puerta del parque y se saca el kit de maquillaje del bolso y se mira en el espejito. Está aún más perfecta que cuando salió de casa gracias a que no hay viento.
Entra y ve a sus amigos y al chico que le gusta mirando su nuevo look.
-Ho-hola.- dice Darío entrecortado.- me encanta tu nuevo peinado.
-Gracias.- dice Andrea, y sin poder contenerse, le da un beso en la mejilla.
Darío se sonroja y se atreve a acercarse y besarle. Andrea ve sus intenciones, y decide pararle.
-Aquí no, por favor, en otro sitio más… Privado…
Darío coge a Andrea de la mano y corren hacia el centro del parque.
-¿Adónde vais?-Pregunta Tamara sorprendida.
-¡Ahora volvemos!
Llegan a la fuente luminosa, recién limpia, brillante. Se esconden en un arbusto y Darío se va acercando a Andrea, despacio.
 Andrea se siente feliz y enamorada. Abraza a Darío con pasión y le da un leve beso en los labios. Dulce, excitante y precioso para ambos. Se dan otros besos más y millones de abrazos que los estremecen. De repente, Andrea se tropieza y cae junto a Darío en la fuente.
Darío se echa a reír. Siente que uno de sus mejores sueños se hacen realidad: Ella le ama. Sigue riéndose mientras le quita la camiseta a Andrea.
Andrea le quita la camiseta y los pantalones a Darío y siente un escalofrío; el agua de la fuente estaba muy fría.
Alguien se asoma por detrás. Era Juan. Ve como otro hombre que no era él ama a su antiguo amor. -‘’Supongo que me lo merezco’’-piensa lleno de dolor y con miles de lágrimas corriendo por sus mejillas. Se limpia las lágrimas y vuelve al banco de donde había vuelto, donde estaba su amante.
-¿Ya has meado?- dice Silvia con una botella de vodka en la mano.
-Sí. Pero no me gusta mucho este parque. Vámonos a otro sitio.
-Claro, cariño.
Silvia y Juan salen de aquel parque, una borracha, y el otro con el corazón partido.
Mientras, Andrea y Darío se visten. No han llegado a mucho, pues no tenían protección. Pero se llevan de aquella fuente un gran recuerdo que lo tendrán siempre en sus corazones. Vuelven con el grupo, enamorados, felices e ilusionados porque una nueva historia iba a comenzar, pero todas las historias tienen un final, pues, como Andrea y sus amigas sabían, el amor no duele, sino mata.
-¿Dónde estabais? Ya han llegado todos.- dice Tamara cansada de tanto esperar.- ¿Qué hacéis mojados?
Darío y Andrea se miran entre si y se empiezan a reír.
-Nos hemos caído en la fuente.-dice Andrea al fin.
-Vaya tortolitos- dice María abrazada a Pablo.- Yo quiero también a alguien que me haga cosas bonitas…
-Tranquila, cielo, que las tendrás. Te lo prometo.
Se dan un beso largo y tierno en la boca, mientras todos miran, espectadores del gran amor que se procesan.
-Bueno…Cuando queráis…- dice Tamara.- Hay que comprarles ropa a estos tortolitos.- dice dirigiéndose a Andrea y a Darío.
La pandilla sale del parque y se dirige hacia una tienda, donde Darío y Andrea se compran ropa. Andrea se decide por una camiseta palabra de honor rosa, unos pantalones cortos vaqueros ajustados, un bolso vaquero y unas bailarinas rosas. Darío se decanta por una camiseta verde, unos vaqueros y unas zapatillas de Adidas.
 Después llegan al cine y se ponen en la cola de las palomitas.
-Esto…Sandra…- dice Luis intentando hablar con ella.
-¿Si?
-Voy a cortar con mi novia.
-Pues cuando lo hagas, me avisas.
-Esto…Te quiero.
-Y yo, pero no quiero causar molestia en una relación.
-Tú nunca me has causado molestia, créeme…
-Ni tú a mí, pero yo me refería a causarle molestia a tu novia.
-Ya… Pero en el amor todo vale.
-El amor está sobrevalorado. No todo vale en el amor si perjudicas a alguien a quien no quieres perjudicar.
-Ya, pero en el amor casi siempre se daña a alguien, quieras o no quieras, es inevitable no amar a alguien sin hacer daño.
-Yo prefiero hacerme daño a mí misma y no a los demás, y si tú no piensas así no creo que estemos bien juntos.
Luis se aleja de Sandra y se acerca al mostrador para comprarse las palomitas y la bebida.
A Sandra le duele todo lo que está viendo de Luis. No piensa igual que ella. Está viendo que es un auténtico imbécil pero, en parte, tiene razón en algo.
María se acerca a Pablo y le susurra algo al oído. Pablo le coge la mano a María y ésta se ruboriza. Pablo se agacha hacia María y le da un beso en los labios. Largo y bonito. Ambos esperaban este momento desde hacía mucho tiempo.
Teresa y Edu no paran de achucharse y besarse durante todo el camino. Ellos están bien, felices, ansiosos de llegar a casa y estar íntimamente más juntos y más enamorados el uno del otro.
Tamara observa a todas las parejas y suspira. Desea encontrar a alguien con quien ser feliz. Pero no hay prisa. Ella prefiere vivir la vida y pasar de los romances durante mucho tiempo.
Andrea se pega a Darío y le abraza. Ha visto todas las escenas de sus amigos, de su pandilla de toda la vida. Ella sabe más que nadie que el amor puede llegar a hacer mucho daño. Pero también puede llevar hacia la felicidad.