El Amor Duele

El Amor Duele

Bienvenidos a 'El Amor Duele'

Hola, lo que vais a ver en un instante es una historia de amor de adolescentes y de amistades que, pudieron serlo en el pasado, o son amigos del alma en el presente. Espero que os guste mi novela, a la que pongo dedicación y tiempo. A quien no le guste, que me lo diga, porque así puedo aspirar a mejorar. Muchísimas gracias por todo :)

jueves, 15 de marzo de 2012

El Amor Duele 3


Capítulo 3

Esa misma mañana de Junio, en un instituto de la ciudad
Andrea y Estela llegan pronto al instituto, la puerta principal seguía cerrada, y aún no había salido el conserje para abrir la puerta. Estela se reúne con Ana, la más salida del instituto. Su novio se llama Izan, el macarra de la clase, pero eso sí, éste tiene en su interior su corazoncito, y eso se nota cuando está con Ana.
Unos minutos más tarde llega el primer autobús del instituto, de donde sale Tamara, alegre por el último día. Ella es la niña de nuestro grupo, y nunca ha tenido novio. Es muy alegre y muy positiva, y siempre apoya a sus amigas y siempre les saca la sonrisa de la cara cuando están tristes.
Tamara le saluda de lejos y se acerca a ella.
-Buenos días, madrugadora- dice sorprendida- ¿cómo es qué estás aquí antes que yo?
Andrea ríe con ganas. Últimamente nadie la hacía reír, solamente ella.
-Hoy no quería llegar tarde.
En ese momento, a Tamara le vibra la blackberry en el bolsillo. Tamara ve que Teresa le estaba hablando por el Tuenti:
-Buenos días- dice Teresa, y al lado de esta frase, una carita sonriente- Aquí estamos Sandra, María y yo, pensando en quedar para ir al centro para animar a Andrea.
-Hola, ok ahora estoy con ella, se lo digo.
-Ok. ¿Tú puedes ir? yo voy a ir con mi novio porque había quedado con él antes y no quería plantarlo.
-Pues eso no lo sé, con las notas que me van a dar…
Teresa se dirigió a Andrea:
-Las chicas dicen de ir al centro por la tarde.
-¡Qué bien! Así puedo ir a comprar en mi última tarde de libertad que tengo, porque después mis padres me castigarán por las notas.
Tamara ríe con mucha fuerza, tanto, que se oye por toda la calle, y una abuela que está asomada en un balcón sisea para que dejara de reír tan fuerte. Tamara deja de reír y de dirige a su amiga.
-A mí también, tú tranquila.
Y vuelve a hablar por el Tuenti con Teresa.
-Y… ¿Para qué necesita animarse Andrea? Yo la veo bien…
-Anoche pasó algo, o eso creemos. Queremos ir para poder hablar con ella.
-Ah, ok.
Unos minutos después, para romper aquel silencio, Tamara aprovecha para averiguar algo de lo que pasó en la fiesta.
-¿Pasó algo en la fiesta?
Andrea no se esperaba aquella pregunta, pero no duda en contarle lo que pasó en la fiesta. Mientras Andrea se lo cuenta todo, Tamara no duda en escribírselo todo a Teresa, que ya había llegado en el autobús, pero no había bajado.
-¿A quién le escribes?
-A tu prima- dice Tamara rápidamente- Está muy preocupada, y le estoy contando por el Tuenti todo lo que me has contado, así te ahorras más explicaciones.
-Sí, gracias, pero me hubiera gustado contárselo yo.
Justo en ese momento baja del autobús Juan, que, dudándolo durante un segundo, se acerca a Andrea.
-Hola… Oye lo que pasó anoche…Que lo siento, estaba bajo los efectos del alcohol y…- dice Juan sonrojándose por hablar de aquel tema, pero no era más que teatro.
-No pasa nada- le interrumpe Andrea- Te pusiste preservativo ¿No?
-Sí- dice Juan- siempre llevo uno por si acaso…
-Ah claro, es verdad…- dice intentando no decirle lo que pensaba de verdad: que llevaba siempre uno o más para acostarse con su mejor amiga. Se siente tonta, utilizada y manipulada como un muñeco de trapo.- Bien, es lo único que quería saber, y también quería decirte que ayer no pasó nada especial, así que olvídate.
-No puedo.- susurra Juan, pero en ese momento el conserje, por fin, abre la puerta a un sinfín de nervios de alumnos que esperaban impacientemente acabar la evaluación con buenas notas.
Andrea entra hablando con sus amigas e intentando olvidar a la persona con la que acaba de hablar y a todo lo que le estaba pasando.
Tamara se da cuenta de cómo se siente su amiga y le abraza intentando animarla. Las demás, al ver tal abrazo y a Andrea a punto de llorar, prefirieron no preguntar por la conversación que ha  tenido con Juan, y se unieron al abrazo.
A María le tocaba examen de Geografía, y se lo sabía perfectamente, y a Andrea, a Tamara y a Sandra les tocaba el examen de física, al igual que Juan y Darío, que iba detrás pensando en Andrea. Él ya sabía lo que había ocurrido, su hermana Silvia se lo había contado.
Era cruel lo que le estaban haciendo a la chica que amaba. Silvia le ha tenido envidia siempre; por sus curvas, su pelo rizado y pelirrojo con mechas negras, su piel suave y morena, labios carnosos, ojos verdes y brillantes, y preciosa, sobre todo preciosa.
 Juan le ama, sí, según él le ama, pero no de la forma en la que le ama Darío. Juan sólo la quiere para una cosa, y ya la hizo haciendo pensar que estaba borracho, aprovechándose de la mujer más guapa que Darío había visto.   
Juan iba con su grupo pensativo, abatido por todo lo que le había hecho a Andrea, y por haber caído en el chantaje de Silvia.


Hace cuatro días, en un lugar de la ciudad.
 Juan camina deprisa hacia la casa de Silvia. Sin saber por qué, Silvia le había dicho que quería estar con él cuando antes. A él le encanta estar con ella.
Para él, Silvia es un desahogo sexual, ya que Andrea no creía estar preparada, hasta que Andrea se enteró de que se acostaba con Silvia. Él se sintió destrozado cuando ella cortó con él, y realmente, se dio cuenta de que la amaba, y que le había hecho mucho daño.
Pero ahora está con Silvia, y ella es dulce y divertida, pero un tanto cruel e insensible. Y a ella también la ama. Y ya no puede ocultárselo.
Juan llega al patio del piso de Silvia. Es pequeño, pero entra bastante luz por las ventanas, y bajo de ellas hay diversas macetas con flores de diferentes colores, dándole al lugar cierto encanto.
Juan sube las escaleras y llega al primer piso. A él no le gusta coger el ascensor, sea  ático, o primer  piso. Llama a la puerta, y enseguida abre una persona que no se la esperaba.
-Hola Juan- dice Darío, curioso por saber qué hace en su casa.- ¿A qué has venido?
-Me ha invitado tu hermana, ¿puedo pasar?
-Claro, adelante- dice Darío desanimado por aquella visita- Silvia está en el salón, yo me voy a estudiar.
Darío hace ver que se dirige hacia su habitación, y cuando Juan deja de mirarle, se dirige al baño de al lado del salón sigilosamente para escuchar lo que dice aquella pareja tan extraña.
-Si de verdad me quieres, debes hacer lo que te pido- dice Silvia seductora- y… Además, ganarías un buen premio.
Silvia se acerca a Juan y le roza los labios con los suyos. Juan no puede resistirse, y la besa con todas sus fuerzas durante dos minutos.
- Pero la quiero- dice apenado separándose de Silvia.
- ¿Y a mí no me quieres?
-Sí, pero no quiero hacerle más daño de lo que le he hecho.
-Mira el lado bueno- dice Silvia mientras se quita la camiseta verde escotada- tendrás el doble de placer.
Juan, excitado, se lanza a por Silvia, besándole en la boca y desnudándola poco a poco. Ella se deja llevar.
Darío no entiende cómo podía Silvia tener celos de Andrea. Ella era guapa, y podía seducir a cualquier hombre con sólo una mirada fugaz y unas palabras excitables. Tiene un color de pelo brillante, marrón, casi rubio, y unos ojos castaños preciosos.
Tras haber visto aquella escena, apenado por su gran amor, se dirige al baño asqueado por aquella escena y por su hermana. Enciende el grifo de la ducha y vomita en el váter pensando en el daño que le iban a hacer a aquella chica que la tiene embobado durante cuatro meses y medio.

1 comentario:

  1. Hijosdeputa!!!
    e_E Silvia mamonaza!! xd
    ya me ha caído mal ajjaja xd

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