Capítulo 13
Esa tarde de Junio, en
otro lugar de la ciudad, mucho antes de las seis...
Tina
camina de un lado a otro de su casa. No sabe cómo decirle a Luis que ha
concebido un hijo suyo. Tampoco sabe lo que quiere decirle él.
Han quedado en la casa de ella a las seis de la tarde.
Intenta buscar algo que no llame demasiado la atención. Encuentra una camiseta de tirantes turquesa, unos vaqueros ajustados y unas bailarinas del mismo color que la camiseta. Perfecto.
Mira el reloj de móvil: Todavía era pronto. Se sienta en uno de los sofás del salón mientras merienda helado de fresa.
A las cinco y media suena el telefonillo. Qué pronto... – piensa.
-¿Quién
es?
-Soy
Albert.
-Albert
te dije que...
-Tina,
yo te quiero, y si el bebé es mío, te cuidaré mejor que ése chico de la que
también estás enamorada. Si te gusta él, desapareceré de tu vida para siempre.
Si no... Seré el más feliz del mundo...
-Lo
siento, Albert.
Pasan
varios minutos.
-No...
No pasa nada... Estaré ahí por si deseas cambiar de idea.
-De...
Acuerdo.
Tina está confusa. Pero ya ha elegido: Luis es su chico, y el padre de su hijo. Y se terminó.
Albert se fue con el corazón roto, pero habrá más de un corazón roto en aquella tarde.
Esta tarde, en otro
lugar de la ciudad...
Se
mira en el espejo. Intenta ensayar lo que nunca creería que haría, pero por
Sandra, es capaz de todo. Llevaba más de un año junto a Tina, pero ya lo tenía
decidido.
Luis no sabe cómo hacerlo de la menor forma posible. Hace gestos compasivos y ensaya lo que piensa decirle. Pero una ruptura siempre duele.
A las cinco y media se dirige hacia la casa de Tina. Camina lentamente, sin prisa.
De camino se encuentra con un chico alto, moreno y de más de veinte años llorando por una chica amada. La misma a la que iba a ver ahora.
Llama al timbre y mira su reloj: Tan puntual como siempre. Sube las escaleras pensando en lo que está a punto de hacer. No tiene duda alguna: quiere a su Sandra. Quiere sentirla, olerla, tocarla...
Llega a la puerta y espera a que ella abra la puerta. Ya no hay marcha atrás.
-Hola.
-Hola,
Tina.
Él entra en la casa mientras ella se sienta en el sofá donde antes había llorado por el sufrimiento de una persona querida y había comido un poco de helado.
-Tengo que decirte una cosa.
-Y
yo otra.
-Comienza
tú- señala Luis caballeroso.- ¿qué quieres decirme?
-Esto
va a ser difícil pero... Esto... Estoy embarazada.
-¿Qué-qué?
-Sí...
Largo silencio. Él piensa. Ella mira su vientre deseosa de que su criatura esté fuera de ella y tenga vida.
-¿Ya te has hecho las pruebas?
Ella asiente lentamente.
-Yo tengo que decirte lo que quiero porque no quiero estar contigo incómodo. No...
-Entiendo...
No quieres estar conmigo. Lo comprendí cuando leí el SMS
-Ya...
Lo siento mucho, yo...
Luis saca su cartera y le da todo lo que tiene a Tina.
-No hace falta, yo...
-Quédatelo,
siento que te lo debo.
Ella asiente, pero los remordimientos de haberle puesto los cuernos a ése chico la reconcome. Menos mal que se arrepintió a tiempo.
-Adiós, Tina. Que te vaya bien con el violín.
-Adiós,
Luis. Suerte con todo lo que te suceda a partir de ahora.
Sale de la casa triste, solo. Está a punto de dejar en aquella sala a una mujer fuerte que tiene a su futuro hijo en su vientre.
Le desea todo lo mejor mientras baja por las escaleras y sueña con la única chica que cabe en su corazón: Sandra.
agr este capítulo me está dejando TONTA...
ResponderEliminaresto yo no lo se ni como lo habría escrito ni loca y da un giro que me quedo cao jjaj xd
jajaj y yo em estaba esperando que luis no la dejara y sandra creyese que había elejido a tina xD dios.. siguiente cap yaa